El 2026: un año de grandes retos para el PRM y el gobierno

Por: Xavier Carrasco


El año 2026 se perfila como un punto de inflexión determinante para el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y para la gestión de gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader. El 2025, sin lugar a dudas, estuvo marcado por una serie de acontecimientos que impactaron negativamente la percepción pública del gobierno y colocaron a la administración frente a desafíos comunicacionales, políticos y de gestión que no pueden ser ignorados.

Casos como el escándalo vinculado a SeNaSa, los recurrentes apagones energéticos, la desaceleración del crecimiento económico y las debilidades en la implementación de algunas políticas públicas provocaron movimientos en la opinión pública y abrieron flancos que fueron aprovechados por la oposición política. Sin embargo, estos factores no han sido suficientes para desmontar la valoración general positiva que aún conserva el gobierno.

De acuerdo con las más recientes mediciones de encuestas de prestigio en el país, particularmente la última encuesta de ACD Media Group, la popularidad del gobierno se sitúa en 58.4 %. Aunque esta cifra es inferior a picos anteriores, continúa colocando a la administración en una posición competitiva y de relativa fortaleza dentro del escenario político nacional.

El desglose por áreas revela contrastes importantes en la percepción ciudadana:

Educación pública: 63.2 % de valoración positiva

Salud pública: 56.0 % positiva

Obras públicas: 53.9 % positiva

Creación de empleo: 34.9 % positiva

Crecimiento económico: 30.3 % positiva

Lucha contra la delincuencia: 21.5 % positiva

Control del costo de la vida: 18.5 % positiva

Estos datos confirman una realidad política clara: el gobierno mantiene respaldo en áreas sociales e infraestructura, pero enfrenta un desgaste considerable en los temas que impactan de forma directa el día a día del ciudadano, como la economía, la seguridad y el costo de la vida.

Aun con este panorama, el PRM sigue siendo un partido cuya base estratégica es la permanencia en el poder más allá del 2028. Para lograrlo, el 2026 se convierte en un año decisivo, no solo para corregir errores, sino para profundizar una agenda que marque una distancia real con la oposición.

Una oposición que, aunque debilitada y carente de un discurso coherente frente al electorado, ha encontrado en las propias fallas del gobierno los elementos necesarios para articular ataques políticos y posicionarse en la narrativa pública.

El verdadero desafío del PRM y del gobierno no es simplemente administrar, sino reafirmar su legitimidad política y social. Mejorar de manera tangible los servicios públicos, fortalecer la seguridad ciudadana y generar mejores condiciones económicas será clave para consolidar la percepción de un gobierno eficaz, centrado en resultados y sensible a las demandas sociales.

Asimismo, avanzar hacia instituciones más sólidas, mediante reformas estructurales y una lucha frontal contra la corrupción, permitiría blindar al Estado dominicano frente a prácticas clientelares que históricamente han erosionado la confianza ciudadana y la estabilidad partidaria.

El sentido de continuidad también será determinante. Completar proyectos de largo plazo como la creación de condiciones para atraer inversión internacional en áreas específicas del mercado de valores, la transformación educativa y el fortalecimiento del sistema de salud puede convertirse en una bandera política poderosa, capaz de proyectar al PRM como una fuerza de gobierno con visión de Estado y no de simple coyuntura electoral.

En política, los años no pesan por el calendario, sino por las decisiones que se toman en ellos. El 2026 no es un año más, es el año que definirá gran parte del escenario político y electoral del 2028.

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